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El muro (II)

Pareciera que todo gira en torno al virus. No, no en torno al virus, si no a las medidas para detenerlo. El primer capítulo de la segunda temporada de High Maintenance me hizo pensar mucho en la sensación que tengo cuando voy por la calle: en la serie hay algo que ocurre, nunca sabemos exactamente el qué, pero es grave y cambiará el rumbo de todo. Un poco en la onda de lo que habrá sido el nine-eleven para los gringos. Un poco en la onda de lo que es el COVID para el resto de la humanidad.

Claro que después de ver lo que ha estado ocurriendo en USA en los últimos días (¡bah!, desde 2016, en realidad), todo parece ser distopía y rumbo incierto.

Pero volvía hoy por aquí para dejar un párrafo notable y simple: la descripción de un juego entre la protagonista y Tiger, uno de los gatos que la acompañan dentro del muro. Si tenés un gato, entenderás a lo que me refiero.

Y sí, El Muro es una enorme novelita distópica, y rara, y me ha afectado más de lo que me esperaba.

Por ahí, lo que en realidad me afecta es el encierro. Pero esos son detalles.

Het spel was gebonden aan strenge regels, die allemaal door Tiger waren bedacht en vastgesteld. Het moest altijd dezelfde kant op gaan en altijd werden dezelfde schuilplaatsen gekozen. De hoek van het huis, een oude regenton, een stapel sprokkelhout, een grote steen, een hoek van het huis en een oud hakblok. Tiger racete de hoek om en dan moest ik me van den domme houden en hem klagend en opgewonden gaan lopen zoeken. Ik mocht niet zien hoe hij om de hoek tevoorschijn kwam tot hij ten slotte met een wilde sprong naar mijn benen dook. Dan kwam de regenton, waar ik als een blinde langs moest strompelen en het, na stevig maar niet al te pijnlijk gebeten te zijn, op een schreeuwen mocht zetten. Ondertussen verdween Tiger met zijn staart omhoog achter de houtstapel, waar ik een hele tijd omheen moest lopen omdat ik die kleine kater met zijn schutkleur gewoon niet kon zien, totdat hij als een paard zijwaarts op zijn tenen kwam aanhuppelen met een enorme hoge rug. Het was er allemaal om te doen dat hij, een trots slim roofdier, een dom belachelijk mens de stuipen op het lijf joeg. Maar omdat dat domme mens ook een aardig en geliefd mens was, werd ze niet opgegeten maar na het spel teder gelikt.

De Wand – Marlen Haushofer

Y la traducción (no auspiciada por ese traductor que no es gúguel translate. Esta vez modifiqué algunas palabras, pero no muchas… básicamente es una traducción de robot:

El juego estaba sujeto a reglas estrictas, todas ellas ideadas y establecidas por Tiger. Siempre tenía que ir en la misma dirección y siempre se elegían los mismos escondites. La esquina de la casa, un viejo barril de lluvia, un montón de escombros, una gran piedra, una esquina de la casa y un viejo tajo. Tiger corría a la vuelta de la esquina y luego yo tenía que hacer el tonto y buscarlo lamentándome y emocionándome. No se me permitía ver cómo aparecía a la vuelta de la esquina hasta que finalmente daba un salto salvaje a mis piernas. Luego venía el barril de lluvia, con el que debía tropezar como un ciego y, tras ser mordido con firmeza pero no demasiado dolorosamente, se me permitía gritar. Mientras tanto, Tiger desaparecía con su cola detrás de la pila de madera, alrededor de la cual yo tenía que caminar durante mucho tiempo porque no podía ver a ese pequeño gato con su color camuflado, hasta que llegaba saltando de lado en sus pies como un caballo con un enorme lomo alto. Estaba todo ahí para hacer que él, un orgulloso e inteligente depredador, asustara a un estúpido y ridículo ser humano. Pero como ese estúpido ser humano era también una persona amable y amada, no se la comía sino que la lamía tiernamente después del juego.

Si te vas a comprar el libro, en el idioma que te plazca, no se lo compres a Bezos, por favor.

Y eliminá tu feisbuk.

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