Ayer fuimos a ver a Vandana Shiva dar una charla sobre el futuro de la alimentación. Después de escucharla hablar me quedaron muchas ideas dando vueltas. Ideas de las buenas, a decir verdad. Sin embargo, mi entusiasmo
decayó cuando tuvimos que escuchar el conversatorio entre un escritor belga y el director de Oxfam.
Justo, justo, antes de ir a la charla, estuve tomando unas cervezas con un amigo, y le decía yo que, a pesar de sentirme muy a gusto viviendo en Bélgica, me producía una enorme desazón el eurocentrismo solapado del que son víctimas muchísimas personas de este lado del planeta.