Hace una semana renuncié a mi laburo porque de los dos jefes que tengo, uno tiene muy malos modales. Esa es la razón principal.
Claro, hay siempre otras razones. pero que las cosas se hayan apresurado tuvo que ver básicamente con eso, además de la ineficacia, el problema de la cultural apropriation, la falta de liderazgo, el tipo de clientes que tienen, la capacidad de autoreflexión de un reptil que posee management y la carencia absoluta de empatía de uno de los dos jefes.
Ah, sí, los jefes son los dueños de la empresa. 50/50. Y renunciar, significa trabajar todavía seis semanas con ellos, así que mantengamos esto en el confort de mi tribuna pública/casi privada.
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En la última reunión que tuve con ellos me dijeron que ellos tenían problemas de comunicación conmigo. “En vista y considerando que nosotros tenemos problemas de comunicación contigo…” empezó a decir, justamente, el otro jefe. El que no había perdido (todavía) mi respeto.
– Esperá, esperá. ¿Vos también tenés problemas de comunicación conmigo? Te juro que pensé que nos entendíamos perfectamente
– Sí. Personalmente, vos y yo, nos entendemos muy bien. Pero “nosotros” como management tenemos un problema de comunicación contigo.
Después me explicaron que ellos hablan en plural porque esa es la mejor forma de comunicarse con los empleados. Es mejor que management tenga una sola línea de pensamiento. ¡Qué absurdo!, pensé. Mentira: ¡qué tontos!, pensé en realidad. Pero no insistí.
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En fin, que la empatía no es difícil. Se puede entrenar y básicamente tiene que ver con tener un poquito de imaginación y ganas de ponerse en el lugar del otro.
Pero, pensar que la empatía es la que va a salvar las relaciones del fracaso al que están condenadas es como pensar que no comer carne va a destruir a la industra de la explotación animal. Yo no como carne, pero sé que no voy a destruir a la industria con esa medida.
Lo que quiero decir, es que en los últimos años ha habido mucho buzz alrededor de la idea de ser más empáticos. Pero es muy peligrosa la idea, creo.
Yo puedo solidarizar con la lucha feminista. Puedo ser un aliado. Estar abierto a aprender, a deconstruirme, a escuchar críticas. Pero creer que puedo sentir el miedo que siente una mujer al volver a casa caminando por la noche, sola… no. No puedo sentir ese miedo.
No es el mismo miedo que yo tendría si estuviera en una zona en conflicto en la que en cualquier momento me cae una bomba en la cabeza. Mi cuerpo, simplemente por su biología, no está amenazado como lo está el cuerpo de una mujer.
No es empatía lo que necesitamos, en este ejemplo. Son muchas otras cosas, pero empatía es lo que haría decir a un hombre: “¡Ay, pero que exageración!, si las calles en Europa no son tan peligrosas”.
Empatía es creer que podemos ponernos en el lugar del otro. Y en esa sola idea hay arrogancia y colonialismo. No es empatía solamente lo que necesitamos.
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Pero ojo, tampoco estoy diciendo que debamos dejar de intentar ser empáticos. O dejar de ponernos en el lugar del otro.
Hay que hacerlo, pero sabiendo que es un acercamiento. Apenas el comienzo. Es un inicio, y no sirve de nada si no va acompañada (la empatía) de humildad, apertura, tiempo, autocrítica y reflexión.
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Todo esto por culpa de esta interesante entrevista a la Dra. Michaela Musilová, una científica trabajando en el proyecto International Moonbase Alliance (a.k.a. HI-SEAS).
The biggest and most pleasant surprise was how most people have been willing to put aside normal regulations to help one another. This means that doctors and researchers are not as secretive with their research results as they normally have to be – as people could steal their ideas, publish papers before them and thus get more research funding, promotions, etc. Many people have decided to be very altruistic and help others in these times of need, which is very beautiful for me
Michaela Musilová
4 Stockpiling Food For Thought with Michaela Musilová
¿Cómo es que llegamos a este punto? ¡Qué lástima que nos sorprenda el altruismo! Pero bueno, ya sabés como pienso, ¿no? Fuck Capitalism!
Y después el pedazo que me hizo pensar en mis jefes, y lo que decía de la falta de liderazgo:
Some people are more empathetic than others, but empathy is something that can be acquired with experience and with open-mindedness. In the space sector, astronauts are taught to be, in a way, empathetic soldiers. They have to follow orders for the success of the mission. However, the health and safety of the crew comes before the mission goals, which is why they are encouraged to take initiatives in situations where the crew may be in any kind of risk. The best astronauts are those that are empathetic, caring and even funny, while being serious scientists/engineers/doctors/pilots. Not everyone who is trained to be an astronaut gets to go to space. Those that are chosen to go into space are usually the best team players, leaders that can also be followers. In terms of getting better at being empathetic, the best thing to start with is to try and put yourself in the other person’s place: try to see their perspective, understand what they are going through and thus why they may be behaving the way that they are behaving. That is empathy – having compassion for others and putting yourself in other people’s shoes. The first step is to open your mind and heart to that. Then, keep practicing. The more you do it, the more empathetic you become and hence you’ll become a better person to live and work with. If the situation becomes difficult, then it’s important to talk through all of your problems openly, but kindly, while taking into consideration the feelings of others.
Michaela Musilová
4 Stockpiling Food For Thought with Michaela Musilová
Voilà. No todo está perdido. No tanto.